Ernesto Emilio Gonzales Huaman nació en el distrito de Comas, uno de los distritos más representativos y trabajadores de Lima, en 1992. Su vida discurría entre mercados y risas infantiles en la calle. Los primeros 14 años de su vida transcurrieron en ese ambiente lleno de vitalidad, marcado por partidos de fútbol en la vía pública con amigos, donde cualquier portón de metal se convertía en el arco de gol y los “baldazos de agua fría” de aquellos que cuidaban sus portones convertidos en arcos improvisados. “No volvería a vivir ahí de adulto, pero de niño me sentía como en casa”, rememora con cariño. Después, la familia se mudó a Chaclacayo, una zona más tranquila, donde experimentó un cambio radical de entorno “De niño sentía que mi barrio era el mundo”, recuerda.
Estudió en varios colegios de Comas hasta que, en cuarto de primaria, ingresó a “La Casa de Cartón”, un colegio alternativo ubicado en Chorrillos. La educación y la creatividad se integraron en su formación, dándole la oportunidad de soñar en grande. Su constancia y el sacrificio de sus padres para que asistiera a este colegio especial lo impulsaron a alcanzar su primera gran meta: una beca para estudiar el Bachillerato Internacional en Estados Unidos, en una escuela que albergaba a estudiantes de más de 80 países. “Fue una experiencia increíble en lo personal”, comenta Ernesto.
De las Calles de Comas a la Ingeniería Electrónica
La curiosidad de Ernesto por la ciencia fue impulsada, en gran parte, por el ambiente en la oficina de su padre, quien, aunque contador, poseía computadoras que despertaron el interés de su hijo. “Cada vez que iba, me ponía a jugar con una computadora que tenía sin usar”, recuerda. Su padre lo apoyó con su primera computadora y, más adelante, lo inscribió en un curso de ensamblaje en la UNI. Desde adolescente, ya lograba ensamblar computadoras para familiares y conocidos, y esta pasión lo llevaría a estudiar ingeniería electrónica.
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Ernesto cuenta que su visión inicial de la ingeniería electrónica era limitada, asociándola principalmente con circuitos. Sin embargo, al sumergirse en los estudios, descubrió la vastedad de su campo y se especializó en circuitos integrados, combinando su conocimiento con un enfoque multidisciplinario.
Un Viaje Académico Global
Al salir del colegio en 2009, Ernesto ingresó directamente a la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) por mérito a sus excelentes calificaciones. Sin embargo, pocas semanas después recibió la noticia de que había sido admitido en UWC-USA y, gracias a una beca que había solicitado previamente, decidió viajar a Estados Unidos para cursar el Bachillerato Internacional.
En 2011, tras culminar el bachillerato, Ernesto se mudó a Alemania para estudiar Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación en la Jacobs University Bremen (hoy conocida como Constructor University). En 2014, emigró a los Países Bajos para realizar su maestría en la prestigiosa TU Delft. Llegar a una institución de ese nivel no fue sencillo. Los estándares de la TU Delft exigían tanto a nivel académico como personal; y aunque los profesores eran expertos en sus campos, Ernesto echaba de menos métodos de enseñanza más interactivos, con menor dependencia de las diapositivas. No obstante, reconoce el gran valor de su formación en una universidad vibrante y culturalmente diversa, donde estudiantes y docentes de múltiples nacionalidades creaban un entorno estimulante y enriquecedor.
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Adaptarse a la vida en los Países Bajos no estuvo exento de desafíos, especialmente al ingresar al mundo laboral. Ernesto explica que, aunque su formación era impecable, la competencia en el ámbito tecnológico es feroz. Fue la recomendación de un mentor lo que le abrió las puertas en una pequeña compañía en Delft, y desde entonces, no ha dejado de demostrar su valía. Hoy, trabaja en NXP, una reconocida empresa de semiconductores, donde se especializa en el diseño de circuitos para la industria automotriz. Ernesto también cultiva su pasión por la electrónica en casa, desarrollando pequeños circuitos, e incluso planea abrir una pagina web para compartir su conocimiento con otros.
Aunque su futuro probablemente continuará en los Países Bajos, Ernesto sueña con algún día regresar a Perú, al menos temporalmente, para compartir lo aprendido.
“Siempre seré un outsider”
La vida en el extranjero, si bien está llena de oportunidades, también trae sus propios retos. “Siempre me he sentido como un outsider”, comenta Ernesto, aunque rápidamente aclara que esto no lo afecta. Rodeado de amigos internacionales, ha aprendido a valorar tanto la inclusión como los límites de pertenencia en un país tan distinto al suyo. Afortunadamente, no ha experimentado discriminación, pero está muy consciente de la importancia de la fuerza laboral extranjera en sectores clave de los Países Bajos.
Entre las diferencias culturales que más le impactaron destaca la franqueza de los holandeses, algo que le chocó inicialmente. Sin embargo, hoy en día aprecia esta característica, ya que fomenta la transparencia y evita malentendidos. “Ojalá en Perú fuéramos todos así”, reflexiona, recordando una anécdota en la que un colega holandés cuestionó públicamente una medida de pensiones en su empresa.
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Músico y Científico: Un Balance Armónico
Ernesto no solo es científico, sino también músico. La música siempre ha sido parte de su vida; en su adolescencia experimentó con el piano, pero fue la percusión lo que realmente lo conquistó. A los 14 años, en un grupo de folklore peruano, tuvo la oportunidad de probar el cajón, y desde entonces su conexión con la música ha sido inquebrantable. Hoy en día, Ernesto toca en varias orquestas de salsa en los Países Bajos, especializándose en el cajón y los timbales, aunque también toca congas, bongós y batería. “La percusión conecta con la parte más primitiva de las personas, y tiene un alto impacto en el público”, comenta.
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Ernesto combina la vida científica con la artística, y aunque nunca ha tenido que escoger entre una u otra, mantiene un delicado equilibrio. Si bien le gustaría tocar más seguido, la estabilidad de su carrera científica ha sido clave para alcanzar sus objetivos personales.
Perú Siempre Presente
Mantener su identidad peruana ha sido una prioridad para Ernesto. “A pesar de radicar aquí, siempre siento por el Perú, me informo de lo que sucede y siempre deseo que le vaya bien”, comparte. Cada año visita su tierra natal, donde el cariño de su familia y amigos lo recarga. Aunque su futuro probablemente continuará en los Países Bajos, Ernesto sueña con algún día regresar a Perú, al menos temporalmente, para compartir lo aprendido.
En su faceta musical, Ernesto tiene la meta de integrarse a una banda que toque regularmente y seguir enriqueciendo el panorama cultural de su entorno. Sabe que la música es un medio poderoso para conectar a las personas, y espera seguir inspirando a otros con sus ritmos.
Reflexiones y Consejos para los Jóvenes Científicos Peruanos
Ernesto ha acumulado valiosas lecciones de vida en su camino. Una de las más importantes es la preferencia por “una buena idea con una implementación pobre sobre una mala idea con una implementación genial”, una reflexión que aplica tanto en ciencia como en música.
En cuanto al futuro de la ciencia en Perú, Ernesto considera que la clave para los jóvenes peruanos es la educación y la curiosidad. Aunque reconoce que aún hay desafíos en la ciencia peruana, Ernesto cree que cada joven tiene el poder de hacer una diferencia.
A través de sus múltiples facetas, Ernesto representa una fuente de inspiración para aquellos que desean trascender fronteras, superarse constantemente y nunca perder el vínculo con sus raíces.
¡No olviden seguir a Ernesto en sus redes (@egpercusion) y esperamos con muchas ansias su nueva página web sobre ciencia y tecnologia para conocer más sobre sus proyectos y aportes a la ciencia!
Compartir y difundir estas historias ayuda a fortalecer la conexión entre los peruanos en el extranjero y a celebrar el talento y orgullo peruano.
Para todos los que se inspiran con la historia de Ernesto y su pasión por la ciencia y la música, los invitamos a compartir sus pensamientos en los comentarios y a seguirnos en nuestras redes sociales, donde publicamos más historias como esta.
Qué hermoso perfil! Eso Ernesto!!